El mundo de las sensaciones

Esta mañana, en mi habitual carrera matutina, estaba bajo una fina y agrable lluvia discurriendo por el campo, terminaba de subir unas de tantas cuestas que hoy me han torturado y levanto la cabeza para relajar. De pronto observaba ante mí un bello paisaje de leves lomas salpicadas por olivos donde el color predominante era el verde.

Pero lo mejor sucede cuando segundos despues percibo un olor a hierbas aromáticas que seguramente se encontraba cerca de donde estaba pasando en esos momentos, que la misma humedad de la lluvia potenciaba su aroma.

No puedo decir concretamente qué tipo de hierbas se trataban. Sí puedo expresar lo que en ese momento sentía y me llevó a una reflexión:

Estamos inmerso en nuestras obligaciones diarias, tanto laborales como familiares o personales. Obligaciones que forman parte de nuestra rutina. Además la mayor parte de nuestro tiempo lo pasamos en zonas urbanas rodeado de tráfico y edificios. Por estas razones, creo que debemos proponernos que alguna vez que otra, disfrutar de esas sensaciones que descrito en nuestros campos, parques, montaña o playas. La tenemos a nuestro alcance y lo que estoy completamente seguro es que en el momento que pasemos algún mal rato a lo largo del día a día, esas sensaciones estarán detrás de nosotros para atenuar los momentos de tensión. 

Os lo digo por experiencia, porque después de entrenar he comenzado mi jornada laboral y el día ha sido bastante movido. En ocasiones estresante. Cuando sentía que perdía el control de mis tareas buscaba una breve pausa, respiraba a fondo, cerraba los ojos y observaba ese paisaje de lomas verdes salpicada por olivos, sentía de nuevo la fina lluvia y percibía de nuevo el agradable olor que he disfrutado duranta la mañana. Tras esta pequeña pero eficaz terapia, he seguido con el trabajo con total calma y tranquilidad.

Despues de lo que he contado he sacado una conclusión, porque el deporte es como la vida misma: Cuando levantamos la cabeza despues de un mal momento, miramos a nuestro alrededor y existen cosas que merece luchar por ellos todos los días. 

La clave está en levantar la cabeza.